La Historia Amena (Gustavo Rafael Guzmán Medina)
Mi compadre “Don Concho”
Orígenes y familia
Mi compadre “Don Concho”, cuyo nombre completo era José Concepción Lucena Morles, era nieto del Lic. Hipólito Casiano Lucena.
Sus padres fueron Ricardo Lucena y Teodora Torres. Ricardo, a su vez, era hijo del Capitán y Licenciado Hipólito Casiano Lucena, recordado como uno de los personajes destacados de El Tocuyo en tiempos de la Independencia.
Hipólito Casiano Lucena, junto con Justo Hurtado, Juan Francisco Aguilar, José Gregorio González, Bernabé Aguilar y otros concejales, fue de los que invitaron al Libertador Simón Bolívar a visitar la ciudad de El Tocuyo mediante correspondencia enviada el 16 de junio de 1821. Esa visita se concretó el 16 de agosto de 1821, apenas dos meses después de la Batalla de Carabobo.
El Libertador fue recibido en la casa de habitación de Hipólito Casiano Lucena, ubicada diagonal al templo de Santo Domingo, con un espléndido baile.
Don Concho en El Tocuyo
“Don Concho” fue mi compadre y vecino en el sector Brisas del Río de El Tocuyo. Sus hijos y descendientes aún residen allí, siendo tataranietos del prócer Hipólito Casiano Lucena.
De los Lucena y los Montesinos heredó la inteligencia y la disposición para el estudio. Personaje excepcional, autodidacta, humilde y organizado, aprendió inglés, francés, latín y ciencias comerciales sin asistir a liceo ni universidad.
Su humildad extrema fue quizá la causa de que pasara inadvertido en la historia local, aunque fue un hombre brillante:
-
Leyó y asimiló libros de filosofía y lógica.
-
Fue hábil escribiente y ocupó cargos en la administración pública del municipio Morán: concejal, Síndico Municipal, Juez de Distrito y Prefecto.
-
También fue profesor de inglés, francés y Ciencias Comerciales en el colegio Madre Emilia.
-
Gran trabajador, hogareño y responsable, pertenecía a esa época en que la palabra empeñada era suficiente garantía.
A pesar de su seriedad, lo animaba un fino humor criollo y daba gusto escuchar sus historias y anécdotas.
Su estilo conversador
“Don Concho” solía recordar con humor:
-
Según él, el general Juan Vicente Gómez decía del término Tábanos:
“No hay que confundir a tábanos que son unos bichitos que pican muy duro, con el verbo tábanos, cuando decimos tábanos chiquitos y nos cargaban en los brazos y en el río hay muchos tábanos”. -
También evocaba a los andinos del Táchira, que rezaban el Padre Nuestro diciendo: “vengamos a tu reino” en lugar de “venga a nosotros tu reino”.
Era un conversador alegre, con muchos conocimientos de la historia de El Tocuyo.
El episodio de su abuelo: Hipólito Casiano Lucena
Antecedentes
El abuelo de Don Concho, Hipólito Casiano Lucena, Alcalde Primero de El Tocuyo, murió en un episodio trágico que quedó grabado en la memoria popular.
Uno de los protagonistas fue el coronel Juan de los Reyes González, patriota caroreño que participó en la Campaña Admirable y en batallas como Los Horcones, Tierrita Blanca, Araure y Vigirima, donde perdió una pierna. Hombre de temple férreo, se radicó en El Tocuyo, se casó con doña Encarnación Yépez Hurtado (viuda de José Antonio Lozada) y fue recibido con honores por la sociedad local tras sus campañas.
En una fiesta ofrecida en su honor, asistieron distinguidas personalidades de El Tocuyo, entre ellos Hipólito Casiano Lucena

.
El incidente del baile
Durante el baile, la Sta. Irene Yépez rechazó bailar con un invitado diciendo: “yo no bailo con zambo”. Más tarde, cuando Hipólito Casiano Lucena le solicitó bailar, la respuesta fue: “yo no bailo con negros”.
Lucena, ofendido, le dio una bofetada a la dama, lo que originó un escándalo y precipitó viejas rencillas entre las familias Yépez y Lucena.
El coronel Reyes González, indignado, pronunció un juramento:
“Compadre, no le pondrá nunca más la mano a otra mujer, lo juro por la cruz de mi espada”.
La muerte de Casiano Lucena
Tiempo después, Hipólito Casiano Lucena acudió a la residencia del coronel Reyes González, ubicada en la calle real, a una cuadra del templo de San Francisco. Entró a la casa… y no salió.
Fue golpeado mortalmente con una mano de pilón. Todas las sospechas recayeron sobre doña Encarnación, esposa del coronel, quien además era hermana de un pariente asesinado por órdenes de Casiano Lucena.
El cadáver fue cremado y tratado con lejía; sus restos enterrados en la misma casa. Tres esclavas de los Lucena —Juana Torrealba, Fabricia Yústiz (de Cubiro) y Juliana “la Mocha” (de Quíbor)— divulgaron el crimen recitando versos que corrieron por las calles:
“Arriba le digo
doña Encarnación
que mató a Casiano
con mano de pilón”
Las mujeres fueron azotadas y humilladas en público, pero continuaron recitando los versos.
Juicio y sentencia de Reyes González
El coronel Reyes González asumió la autoría. El Consejo de Guerra en Barquisimeto lo condenó a muerte el 28 de mayo de 1825. El Libertador no concedió el indulto solicitado.
Fue ejecutado en Valencia el 13 de julio de 1825.
Sus últimas palabras, dirigidas a Bolívar, fueron:
“Es mi deseo que le digan al general Bolívar, que le doy las gracias por mandarme a fusilar aquí en Valencia, porque como fue en Vigirima donde perdí mi pierna peleando por él, y está enterrada en Valencia, el Día del Juicio Final me quedará muy cerca para recogerla.”
Legado de Don Concho
Gracias a mi compadre Don Concho conocí estas crónicas y episodios de la historia pequeña de El Tocuyo.
Con su muerte se cerraron muchas páginas vivas de esa historia.