opinión
¿Es viable el Plan Merentes?
29 Mayo, 2013
La economía venezolana está entrando en el túnel de la
estanflación. ¿Qué significa la estanflación? Que la economía se
estanca, no crece y que al mismo tiempo la inflación es elevada. La
estanflación es una de las patologías más complejas que puede sufrir una
economía porque cada vez que las autoridades intentan reanimar la
economía estimulando el gasto, deben encarar una exacerbación de la
inflación. Este complejo proceso de estanflación tuvo su origen en 2012
cuando la política económica dirigida por el dúo Giordani-Merentes,
llevó los niveles del gasto hasta una frontera infinanciable por vías
ordinarias y en consecuencia, tuvieron que recurrir a la fabricación
descontrolada de monedas y billetes por parte del BCV.
Ello, como era de esperar, provocó un aumento significativo de las
importaciones que agotó las reservas líquidas del BCV, exacerbó la
inflación y la escasez y al mismo tiempo desnudó la tremenda
vulnerabilidad de la economía venezolana. Este fenómeno de estanflación
concurre con unos precios petroleros absolutamente favorables, los
cuales durante el primer trimestre de 2013 bordearon los US$ 104,0 por
barril. Es difícil imaginar la explicación que pueda dar la dupla
Giordani-Merentes para racionalizar el estado de postración de la
economía en medio de precios del crudo tan favorables. La única
valoración que puede hacerse de esta situación es que el modelo
económico del socialismo del siglo XXI, basado en las expropiaciones, el
gasto público como motor de la economía y el desprecio hacia el sector
privado, está naufragando.
Ahora que la economía se hunde en el estancamiento y la inflación,
Giordani desapareció o lo desparecieron de la escena y la cara la da
Merentes, para tratar de afrontar la crisis que él mismo contribuyó a
manufacturar. La inflación y la depreciación del bolívar en el mercado
negro que hoy sufre Venezuela son hijas de Merentes por su
irresponsabilidad al frente del BCV cuando la crisis se estaba
incubando. Ahora, con el agua al cuello y responsable en buena medida
del descalabro que sufre Maduro en su cuestionada gestión, quiere
aparecer Merentes como una especie de Keynes de la economía venezolana
sin tener con qué. Su único mérito es que oye a la gente a diferencia de
Giordani.
¿En qué consiste el Plan Merentes? En ganar tiempo. Así de simple.
Con mesas de trabajo convocadas para que los empresarios a quienes ayer
humillaban y despreciaban drenen sus angustias, una economía no sale de
la crisis. Hasta ahora las publicitadas mesas de diálogo han sido un
ensayo de terapia siquiátrica de grupo donde importadores y productores
sentados en el diván, exponen ante ministros su listado de problemas.
Así no se concibe ni se aplica una política económica. Merentes, quien
contribuyó a la sangría de las reservas del BCV, ahora promete dólares
que solamente están en su imaginación. Para ser claros, el BCV no cuenta
con las reservas líquidas para hacer frente al retardo en la entrega de
dólares y las deudas acumuladas. La prueba de ello reside en el hecho
de que PDVSA, la única generadora de divisas en Venezuela, acaba de
suscribir un nuevo endeudamiento por US$ 7.500 millones, de los cuales
US$ 4.000 millones fueron acordados con la Compañía China de Petróleo,
US$ 2.000 millones con Chevron y US$ 1.500 millones con la empresa
petrolera de taladros Schlumberger
Lo que hasta ahora ha planteado Merentes a los empresarios es que los
va a escuchar y que va a reducir el lapso entre las solicitudes de las
divisas y su liquidación. Igualmente, ante el temor que proveedores
foráneos corten el financiamiento a deudores morosos, CADIVI, al parecer
ha otorgado una suma modesta de dólares para que las casas matrices de
donde provienen las importaciones mantengan el crédito. Más allá de
esto, no hay otra cosa, salvo las declaraciones folclóricas de los
ministros de Industrias y Comercio, quienes han afirmado que Venezuela
va a convertirse en una potencia exportadora en el corto plazo.
¿Exportadora de qué? En 2012, de cada cien dólares generados, noventa y
seis provinieron del petróleo y la segunda empresa que provía divisas
como era SIDOR, hoy languidece, lo que ha llevado a que Venezuela tenga
que importar cabillas. Hasta gasolina está importando Venezuela. Con los
niveles de inflación que tiene Venezuela y con la política que siguió
el gobierno de privilegiar las importaciones en detrimento de la
industria nacional, actualmente lo único que Venezuela puede exportar es
petróleo.