Ese guaro, aunque los periódicos digan "Español", no le negaba un saludo a nadie, era uno más del barrio, jovial, trabajador, buena persona. Los que lo conocimos solo podemos decir que el pana manolito era un tipo bueno...y no se merecía ese final, como no se lo merecen tantos venezolanos en este país.
Se muere y nos deja un sabor amargo en nuestra alma, tristeza, pesadumbre....y hoy el día fue igual, como dice la canción, "estos días fríos de otoño me ponen triste" ....Sólo sabemos que todo lo que se hace, dice tiene su hora....llegó la hora del perdón, el arrepentimiento, porque la tierra no merece tantas muertes !!!!!
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