“Estamos cansados de tanta desidia, de esperar le metan la mano a la escuelita que se nos está cayendo y nadie hace nada para impedirlo”.
De esa forma se expresó Haidee Angulo, una de las madres del caserío Las Adjuntas, quienes, desde las cinco de la mañana del lunes, tomaron la vía que comunica a El Tocuyo con Guarico y Sanare para protestar por la falta de atención a la escuela bolivariana donde cursan estudios 120 alumnos de preescolar a sexto grado.
Hombres y mujeres colocaron restos de árboles en la vía, a pocos metros del puente, impidiendo de esa forma el tránsito automotor en ambos sentidos.
Explicó Haidee Angulo que al centro educativo le falta todo, comenzando por el agua y siguiendo con servicios sanitarios, cocina, comedor y que les sustituyan los viejos techos, deteriorados por completo.
Quienes se dirigían a El Tocuyo, procedentes de Guarico, Villanueva, Anzoátegui, Chabasquén o Sanare, se encontraron con el cierre de la carretera en pleno puente sobre la quebrada.
Algunos tenían la esperanza de que en cualquier momento se reabriría, pero otros, menos optimistas, decidían regresar posponiendo el viaje para otra oportunidad.
Angulo recordó que el año pasado, durante otra protesta, se firmó un acta compromiso con autoridades de la alcaldía de Morán en la cual se comprometían a asignar los recursos necesarios para construir una nueva batería de baños, pero no han cumplido nada por lo cual la estructura permanece a medias, a pesar de que la misma comunidad educativa, con vendimias y colaboraciones particulares, lograron aportes.
La escuela recibe estudiantes, no sólo de Las Adjuntas sino también de Buenos Aires, Cocorote, Guajira Mamonal, San Juan y Santa Rosa, entre otros caseríos de la zona oeste del municipio Morán.
Gisela Pernalete, otra de las madres, también protestó por la forma como está actuando el Proal pues les asignan los alimentos pero personal de la misma escuela deben viajar a Barquisimeto a buscarlos, lo cual significa gastos en transporte que no están en condiciones de cubrir.
Igualmente se refirió a la quebrada que pasa a un lado. La consideran una amenaza a falta de una verdadera canalización.
“Cuando comience a llover se vuelve a desbordar y nosotros a sufrir las consecuencias”, afirmó Pernalete.
Al parecer los trabajos no se han concluido por falta de permisos del Ministerio del Ambiente, que no los otorga por su enfrentamiento con la gobernación de Lara.
Insistieron en la carencia de agua pues en Las Adjuntas nunca han tenido acueducto y en la escuela deben recurrir al líquido de la quebrada para las labores de limpieza, incluso a veces para preparar los alimentos.
Otra falla es de instalaciones para que los alumnos hagan educación física y de más personal que se encargue de la limpieza del plantel pues sólo cuentan con una obrera quien, de paso, no tiene sueldo.
Inútilmente los participantes en la protesta esperaron durante horas la presencia del alcalde Palma o de algún representante para plantearle la situación.
Una comisión acudió en la tarde a la alcaldía pero se encontró con las puertas cerradas.
Regresaron a Las Adjuntas sin ninguna información positiva y dispuestos a seguir con el cierre de la vía, el cual se mantenía a las cinco de la tarde y amenazaban con continuar de manera indefinida o al menos hasta tener una conversación con alguna autoridad con poder para decidir en relación a la asignación de los recursos necesarios para que la escuelita del sector reciba la necesaria recuperación o se elabore un proyecto para construir una nueva.
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