Ayer en mi pueblo había cola para comprar en todo, línea blanca, marrón, leche, harina, es impresionante. Resulta fascinante vivir estos días. Por su importancia, y por lo que recuerdo, comparo estos momentos con el caracazo, la asonada del 92, la victoria de Chávez en el 98, el deslave de Vargas, el golpe del 2002, la muerte del presidente.
Pero esta, en particular, tiene algo que va hacia lo hipnotizante, es embriagador, es una ilusión, un sueño, del cual siento que los venezolanos no quieren despertar.
Es loco ir a la 20 de Barquisimeto, ir a una Centro Comercial, a una tienda de equipos electrónicos. Jamás he visto a la gente con este fervor casi religioso apostarse en una cola, esperar de un dia a otro con tal de comprar aunque sea una plancha, un secador de pelo, o en su máxima expresión: un televisor plasma de por lo menos 32”.
El presidente Nicolás, dio en el clavo, ninguna medida de Chávez tuvo el impacto social que ha tenido este. Nicolás hizo que las medidas sociales llegaran a todos. Obreros, empleados, amas de casa y lo más: a la clase media.
Nicolás es por decirlo así, la máxima expresión de la venezolanidad petrolera. Es decir, esa actitud del venezolano formada desde los años 40 de vivir con un alto nivel de consumo, con precios baratos, basado en la renta petrolera.
La actitud consumista tuvo su máximo esplendor en los años 70 con el “ta barato dame 2”. Ahora no es 2, son 3 ó 4, 5..lo que se pueda vender. Ya esa actitud se manejaba en las compras de alimentos, cuando la gente en vez de comprar 5 harinas, compraba de 10 pa`rriba. En realidad no eran compras nerviosas, no, eran expresión de la venezolanidad petrolera, ahora podemos entenderlo.
Más allá de que sea malo o bueno (el tiempo lo dirá). No dejo de impresióname, estamos locos. Que quede para la historia.
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