lunes, 19 de mayo de 2008

Vuelve la Fiebre de la Perinola


El juego de la perinola se ha convertido en toda una moda... aquí su origen.....

Este juego de destreza llamado en castellano "boliche", y conocido popularmente como "Perinola" su origen en Francia en el siglo XVI, de agrado de Enrique III, con frecuencia se veía a este frívolo monarca jugar en plena vía pública, seguido de sus favoritos y de su bufón Chicot, excitando con su destreza el asombro de los transeúntes. París todo, jugaba al BILBOQUET para imitar a su rey; pero a la muerte de este, el juego pasó de moda y durante cien años solo se acordaron de él algunos entusiastas como el Marqués de Biévre, contemporáneo de Luis XIV, del que se sabe que era tan diestro que lanzaba hasta el techo el juguete entero bola y mango y lo recogía al vuelo, recibiendo la esfera ensartada en el bastoncito.El juego se renovó y vivió su época de oro bajo el reinado de Luis XV. Ningún elegante salía a la calle sin su "bilboquet"de marfil y hasta los actores se permitían la libertad de salir a escena jugando al "boliche"con más o menos destreza. Luego el juego volvió a caer en el olvido, al menos en Europa. Es bueno hacer esta aclaración por que el "boliche"es conocido en los países más remotos.En las selvas de Brasil, los indios se servían de una calavera de tortuga como esfera del "boliche". Aproximadamente para 1910, renace nuevamente el juego y por supuesto en Francia.Se crean varias academias de enseñanza y el juego se moderniza; como la forma y el tamaño antiguos resultaban monótonos, se comenzaron a hacer de diferentes gustos y formas caprichosas: la "copa", el "cubo", la "botella", el "molde de sombrero", el "guía de bicicleta", el "plumero", etc. Estos nombres indicaban la forma del objeto que servía de bola.En tamaños había también una variedad inmensa, desde el "Terror", cuya bola de madera de olmo era tan grande como una sandía y pesaba más de 5 kilos, hasta el "Bibí", pequeño como una cereza, y el "Costaud" formado por una perlita dorada y un mango no más grande que un fósforo.Con el "Terror", no era difícil jugar, pero cansaba muy rápido; a las 15 veces de lanzar el monstruo se quedaba el jugador con el brazo dormido, totalmente muerto. A medida que el "boliche"era más pequeño crecían las dificultades del juego. Con el minúsculo "Costaud", el mismo M. Poineau, fundador y profesor de la Academia Parisiense de Bilboquet, no hacía más de un tanto, por cada mil veces que lanzaba la bola .
Hoy, fundamentalmente en Europa, hay coleccionistas de los denominados "boliches"o "baleros". En nuestro país el balero hizo la diversión de grandes y chicos durante muchos años, hoy relegado al olvido por la mayoría, sigue teniendo adeptos ocultos que se enorgullecen de acertar una serie de 50 en 50 tiros.

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